Por: Sonia Español Jiménez
Históricamente, la participación femenina en distintas áreas del conocimiento se ha visto truncada por barreras como los estereotipos. Por ello este 11 de febrero se celebra el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Para avanzar en la paridad de género es necesaria una nueva realidad desde la niñez. Así lo asegura en esta columna de opinión la científica Sonia Español, quien es doctora en Biología Marina y líder del área de investigación de cetáceos de Fundación MERI. Recordando a figuras como Rachel Carson, Español sostiene que las mujeres están llamadas a cumplir un rol protagónico frente a los desafíos ambientales de la actualidad.
Rachel Carson fue una bióloga marina, amante de los océanos, ambientalista, conservacionista y reconocida científica estadounidense, que inauguró al ecologismo moderno. Nacida en 1907, fue tildada de comunista, fanática de la naturaleza y hasta solterona, mientras investigaba acerca de los efectos nocivos de los pesticidas en el medioambiente, argumentos que fueron plasmados en su obra más importante: Una Primavera Silenciosa, que condujo a la prohibición del DDT y otros pesticidas usados en Estados Unidos en décadas pasadas.
Su contribución a la conciencia ambiental es innegable. Cuando se cumple un nuevo aniversario del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, es importante recordar la labor de mujeres, que como Carson, pasaron a la historia por su aporte en este campo no sin antes librar su propia batalla.
En efecto, y por demasiadas décadas ya, la sociedad se ha caracterizado por una muy escasa participación de las mujeres en áreas esenciales a la conservación, como lo son las ciencias y el derecho medioambiental, entre otros.
Si bien muchas cosas han cambiado en el mundo desde los aportes de Carson, lo cierto es que la baja participación de la mujer en este campo sigue siendo una realidad. En el caso de Chile, las mujeres representan solo el 32% de la participación en ciencia y tecnología, según datos de la UNESCO.
Los prejuicios y los estereotipos de género de larga data alejaron durante mucho tiempo a las niñas y las mujeres de los campos relacionados con la ciencia. En ese sentido, la paridad de género solo será posible en la medida que rompamos con esos antiguos paradigmas.
Avanzar en paridad de género significa crear una nueva realidad desde la niñez. En esa línea, la educación ambiental invita a investigar, descubrir, jugar, crear y soñar, estimulando la equitativa participación de niños y niñas. Esta apertura de mundos con múltiples posibilidades, puede significar que tengamos más Carson en el futuro.
Hoy, el desafío ambiental es inmensurable y las mujeres están llamadas a cumplir un rol protagónico desde su particular conciencia y forma de ver la vida. Es tarea de todos que eso sea posible.
Sonia Español Jiménez es doctora en Biología Marina y líder del área de investigación de cetáceos de Fundación MERI.
Fuente: LaderaSur