“Típicamente, los cóndores no hacen ningún daño a los seres humanos, pero ellos sí pueden causarles daño a los cóndores”, explicaba en marzo pasado el académico Fabián Jaksic, premio nacional de Ciencias Naturales, luego que la Municipalidad de San José de Maipo decidiera prohibir el acceso al denominado Mirador de Cóndores debido al impacto que la descontrolada presencia de visitantes (muchos de ellos asediando a los animales en busca de la “foto perfecta”) estaba causando en la fauna y ecosistema del lugar.
Esta semana, cinco meses después de aquella clausura, el Ministerio de Bienes Nacionales le entregó la concesión de uso gratuito del lugar al municipio, que se encargará de la administración del perímetro del mirador y de su sendero, situados en la cuenca del río Colorado, a 2.030 metros sobre el nivel del mar.
La iniciativa tomará vida en la forma de Reserva Natural Municipal y, según el Gobierno Regional Metropolitano, habrá “un acceso regulado y seguro para el desarrollo de turismo sustentable” y un plan de manejo a cargo de unidades del municipio, universidades, servicios estatales y el Gore, que otorgará $135 millones para la fase inicial.
“Esperamos que se pueda reabrir como un lugar, verdaderamente, de turismo sustentable, en el cual (…) nos podamos reencontrar con la cordillera y con esta ave majestuosa en su ambiente natural, pero con protección a la misma, y a las personas. Es un paso en la dirección de concretar esta idea de parque metropolitano en la zona del Cajón del Maipo”, señala el gobernador regional, Claudio Orrego.
El proyecto, cuya habilitación tardaría entre 8 y 10 meses, contará con un sendero para caminata e infraestructura turística, con pórtico y estacionamientos.
Valor patrimonial
A juicio de René Quispe, especialista en comportamiento de fauna silvestre y académico de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la U. de Chile, “es muy importante que podamos darle un valor patrimonial a este tipo de lugares, porque son cada vez más escasos debido a la acción humana”.
Plantea: “Si logramos darle un valor patrimonial a este mirador, podemos manejarlo de una manera más adecuada, y transformar este lugar en un sitio de conservación. En ese sentido, estoy de acuerdo con que se reabra el sitio, siempre y cuando exista un manejo adecuado, por ejemplo, del turismo”.
Según Quispe, “lo importante es generar las condiciones para que los cóndores estén tranquilos, puedan desarrollar sus comportamientos sociales sin interrupción humana (…). Es importante ubicar vallas protectoras para los cóndores, para que no sean molestados, pero tomando algunas consideraciones, como que no interrumpan su vuelo de despegue”.
Para Melanie Duclos, especialista en salud de poblaciones de fauna silvestre e investigadora del Centro Aplicado de Ecología y Sustentabilidad de la U. Católica, “en general, los cóndores son bastante curiosos, sociables, gregarios y todo, pero cuando los observas desde arriba, se sienten en amenaza. Entonces, de partida, la estructura del paisaje de ese mirador no es muy amigable para los cóndores”.
Por lo anterior, dice, “habría que hacer una observación para saber por dónde pasan, dónde se posan, y a partir de eso generar una distancia segura. (…) Una barrera de madera, que no impacte el paisaje, estaría bien”.
Sobre la reapertura, Duclos estima que es “positiva”, aunque enfatiza que “el problema es que (la gente) no sabe comportarse. Para poder conservar, hay que conocer”.
Fuente: El Mercurio