Les invitamos a revisar reportaje de El Mercurio:
CECILIA VALDÉS URRUTIA
Artes y Letras
El Mercurio
Más de 200 piezas de antropología, historia, ciencia y arte integrarán la exposición «Ballenas. Voces del mar», que se inaugura el 8 de agosto. La muestra trae por primera vez a Chile, desde Berlín, audios de los selknam realizados por Martín Gusinde. «Habrá también obras de literatura, pintura y dibujo desde el siglo XVII hasta la actualidad», destaca la nueva directora del Centro, Beatriz Bustos.
Las más diversas miradas sobre el mar de Chile y la ballena -incluyendo filmaciones con los registros de los cantos de ese gran mamífero marino- reunirá la próxima exposición que inaugura el Centro Cultural La Moneda, junto a la Fundación MERI, coorganizadora de la muestra, el próximo 8 de agosto.
La exhibición será un acercamiento al mar como patrimonio natural, cultural y científico. «Queremos presentarlo en toda su majestuosidad, pero también como ese elemento vivo y cercano. Y junto a nuevas narrativas, proponer cruces disciplinarios y ofrecer numerosos caminos de acceso para su lectura visual, en una propuesta abierta a un público muy amplio, de todas las edades», señala a «Artes y Letras» la nueva directora del Centro Cultural La Moneda, Beatriz Bustos Oyanedel, reconocida gestora y curadora de exposiciones nacionales e internacionales, entre ellas «Artistas de América del sur», en Nueva Zelandia; la premiada de Christian Boltanski, en el Bellas Artes, y los «Animaris» de Ben Jansen, en el Centro de Arte Cerrillos.
«Voces del mar» estará integrada por más de 200 piezas -procedentes de diversos museos, en su mayoría del país-, desde objetos ancestrales e históricos hasta investigaciones en curso sobre ecosistemas marinos y grandes mamíferos. Habrá testimonios de las culturas antiguas del litoral y de los primeros exploradores. Sobresale la llegada a Chile de audios de los selknam grabados por Martín Gusinde, procedentes de Berlín. Tendrá un lugar especial la literatura, con su tradición en la novela. Y habrá arte desde el siglo XVI hasta la actualidad. «Mientras que la presencia de elementos de la cultura popular (cerámica de Lota, artesanías con huesos de animales marinos) conectará la muestra con más sensibilidades», afirma Beatriz Bustos.
La diversidad de miradas es un desafío para la curatoría. «Pero este cruce de disciplinas que realizamos, sin jerarquías, es nuestro fuerte», aseguran las curadoras del Centro Cultural La Moneda, Manuela Riveros y Macarena Murúa.
Filmes e instalaciones
La museografía fue encargada a la oficina CQ Arquitectura, la misma que estuvo a cargo de las muestras anteriores del recinto cultural sobre Roma y Picasso. «El montaje se planteó con el fin de encontrar un equilibro entre lo patrimonial y los elementos audiovisuales, buscando crear una gran teatralidad», precisa Manuela Riveros.
La puesta en escena tendrá como elemento central, en la Sala Andes, un esqueleto completo de la «Ballena sei», procedente del nuevo Museo de Historia Natural de San Antonio. Esa pieza dialogará con una enorme proyección audiovisual que contiene los cantos de la ballena, la que acompañará sutilmente el recorrido del público. Esas ondas de sonido corresponden a una investigación que Fundación MERI, proyecto filantrópico de la familia Cortés Solari, viene realizando desde 2012 y que «busca conocer la ecología, el comportamiento y el uso de esos mamíferos marinos del hábitat marino en Chile, con el fin de poder conservarlos», señalan en la fundación, presidida por Francisca Cortés Solari.
En la Sala Pacífico, en tanto, una gran instalación de plástico -en directa alusión al daño ecológico que produce- estará dedicada a la investigación científica que se está realizando sobre el mar y sus grandes mamíferos. ¿Qué y quiénes están investigando, y qué se proyecta a futuro? «Esa mirada tan actual y de futuro conecta con asuntos de máximo interés sociocultural», subraya la directora del Centro Cultural La Moneda.
Una proyección de más de 20 metros exhibirá a la ballena jorobada y la ballena azul nadando por los mares de Chile. Y habrá fotografía de la canadiense Keri-Lee Pashuk sobre el fenómeno de la muerte masiva de ballenas sei, en la Región de Aysén, en 2015.
Antiguas culturas marinas
Las antiguas comunidades que poblaron las costas chilenas despiertan especial interés. Alrededor del esqueleto de una ballena sei (especie de ese cetáceo también llamada «ballena boba» o «rocual de Rudolphi») partirá el recorrido por el imaginario y testimonios de esos pueblos.
Pero la novedad tal vez más esperada por todos es la llegada de grabaciones de audio que realizó el antropólogo y sacerdote Martín Gusinde (1886-1969) con los selknam, que resguarda el Museo Etnográfico de Berlín. «Tuvimos el privilegio de poder traer estas grabaciones que serán escuchadas, por primera vez, en Chile», destaca la curadora Riveros. Este material fue grabado por el sacerdote y antropólogo alemán durante sus expediciones al extremo sur en 1923 y corresponde a cantos yámana, kawéskar y selknam. La obra patrimonial será emplazada en uno de los altos tótems que tendrá la muestra. «Se instalarán parlantes especiales dirigidos para que no se contamine el sonido». Y se exhibirá contiguo a los tótems dedicados a las culturas mapuche y rapanuí, con mitos, leyendas y tradiciones marinas.
Y entre los testimonios valiosos están los de la Quebrada del Médano, un yacimiento de arte rupestre con dibujos de camélidos y cetáceos. Es uno de los sitios de arte rupestre singulares del Pacífico sudamericano. Mientras uno de los objetos destacados es la reproducción de una balsa de cuero de lobo, a la usanza de la cultura de los changos del norte, pueblo dedicado a la caza de grandes mamíferos marinos.
Mapas y grabados históricos
«El mapa de Chili», de 1667 -grabado en cobre sobre papel coloreado a mano- es una de las piezas elegidas por la directora del centro cultural. El dibujo era de propiedad del famoso cartógrafo holandés Guiljelmus Blaeuw, editor del Atlas Maior , integrado por 11 volúmenes que recopilaron mapas de todo el mundo. Este mapa fue quizá realizado en terreno y luego incorporado, en Europa, a ese atlas. Permite apreciar los Andes y los ríos costeros. Y se observa que su mitad inferior está dedicada al mar de Chile: aparecen embarcaciones y dos peces enormes que parecen arrojar agua desde su lomo.
Se exhibirá una hermosa colección de grabados antiguos de la Biblioteca John Juger, del Museo de Historia Natural de Valparaíso. El dibujo «Los peligros de la caza de ballenas, reporte en las regiones árticas», de 1820, por ejemplo, da cuenta del riesgo a que estaban expuestos quienes se aventuraban en la caza de esos grandes mamíferos marinos. La autoría de la ilustración es del inglés William Scoresby (1789-1857), científico, ballenero y explorador de la Antártica, quien plasmó cuatro botes a remo que persiguen a una ballena herida por los arpones. Scoresby hizo también anotaciones del oso polar y de la ballena blanca.
Novelistas del mar y marinistas
La muestra quiso resaltar al escritor y Premio Nacional de Literatura 1967, Salvador Reyes, como el gran novelista del mar que fue. Sus libros y colección de objetos y grabados (adquiridos cuando era embajador) atravesarán toda la exposición.
«Hemos realizado un trabajo por levantar su figura y su imaginario literario popular», cuenta Manuela Riveros. El hecho es que Reyes fue un novelista seducido por el mar. Casi toda su obra habla sobre puertos y barcos, y sus personajes suelen ser capitanes, marineros o cargueros. Se expondrán primeras ediciones de libros como «El último pirata», «Los mares del sur», «Ruta de sangre», entre otros, y su famosa novela «Mónica Sanders», donde el protagonista es el capitán del ballenero «Alcatraz», quien se interna en una vida de aventuras y peligros.
El premio nacional de Literatura Francisco Coloane (1910-2002) es otro de los escogidos. Su vida y obra se dibujan muy cercanas y, a veces, en medio del mar. El autor de «El último grumete de la Baquedano» y «Cabo de hornos» era hijo del capitán de un barco ballenero. Conoció desde niño los oleajes y también las sombras del mar. Pero Coloane desempeñó, además, una labor de cronista y gráfico. Se exhibirá la serie fotográfica que hizo en torno a las faenas en la antigua ballenera de Quintay, publicada en los años 50.
Las últimas novelas gráficas llegan al centro cultural, entre ellas destaca la reciente edición de «Mocha Dick», cómic chileno que salió en 2017 inspirado en el cachalote albino la isla Mocha.
Asimismo, la serie fotográfica del reconocido explorador chileno Cristián Donoso, con más de 40 expediciones entre la Patagonia y la Antártica, protagoniza otro de los imaginarios. Es el único que ha recorrido 900 kilómetros, en kayak, esa zona extrema, ocasión en la que fotografió a ballenas jorobadas cuando se sumergían en el mar.
La artista y fotógrafa chilena Magdalena Correa, residente en Madrid, estará presente con un audiovisual de su celebrada serie de paisajes y personajes de la Patagonia chilena y una fotografía monumental de su investigación de arte «Níveo», que hizo en la Antártica chilena, con el apoyo de la Armada nacional. La artista se aventuró allí no solo en el inhóspito y lumínico paisaje, sino que se internó en la vida al límite en esa zona.
Mientras, las pinturas sobre marinas en Chile -tema destacado en la historia del arte- se desplegarán en la Sala Pacífico. Habrá cerca de 40 marinas elegidas de artistas clave, desde Cosme San Martín, Somerscales, Swinburn, Pacheco Altamirano, hasta «La playa» de Couve. Se trata de una evocadora y celebrada pintura del talentoso escritor y pintor que vivió sus últimos años en el balneario de Cartagena. «Adolfo Couve terminó sus días frente al mar problematizando la tradición pictórica de las marinas», concluye la nueva directora del Centro Cultural La Moneda, Beatriz Bustos, quien invita a disfrutar de lo que será «esta especie de deconstrucción poética de un aspecto clave de la geografía de nuestro país».
Fuente: El Mercurio