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[Columna – La Segunda] Educación ambiental, una tarea pendiente

francisca

Los últimos siete años han sido los más cálidos de los que se tiene evidencia. Mientras, la niñez se expone cada vez más a riesgos climáticos intensos y destructivos, como la contaminación del aire, la escasez de agua, las olas de calor, las enfermedades transmitidas por vectores, los ciclones y las inundaciones. Sin embargo, la conversación sobre el cambio climático ha dejado fuera un aspecto clave: la educación de la generación más joven, la que además sufrirá las peores consecuencias de esta crisis.

Las ideas de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, y su incidencia sobre su entorno, desempeñan un papel fundamental para mitigar los riesgos asociados al cambio climático. Sin embargo, no cuentan con instancias de formación que los preparen sobre el tema. Tener una población alfabetizada sobre el clima es una importante estrategia para generar oportunidades y soluciones. La educación debe proporcionar conocimientos sobre el cambio climático, habilidades ecológicas, técnicas de resiliencia y garantizar que los estudiantes participen en actividades de acción y adaptación.

Sería imposible contrarrestar los efectos del cambio climático sin una colaboración efectiva entre el sector público, privado y de la sociedad civil. Filantropía Cortés Solari, la institución madre de Fundación MERI, lleva más de 20 años promoviendo la educación integral para el desarrollo sostenible, bajo el entendimiento de que somos parte de la naturaleza y desde distintos ámbitos podemos mitigar esta crisis.

En ese sentido, Fundación MERI y Unicef trabajan juntos en acciones concretas que promuevan la educación ambiental en América Latina y el Caribe. Así, niñas, niños y adolescentes podrán obtener las herramientas para reconocer y valorar a los seres vivos y su entorno, y avanzar hacia un consumo sostenible y la creación de bienes y servicios respetuosos con el planeta.

En el mundo existen más de mil millones de niños y niñas en situación de riesgo extremo por efectos del cambio climático y la degradación del medio ambiente. Es urgente priorizar la educación climática obligatoria y de calidad; convirtamos nuestras escuelas en centros de transformación y adaptación de los futuros guardianes del clima.

Reis López Rello

Asesor regional de Cambio Climático para Unicef América Latina y el Caribe

Francisca Cortés Solari

Presidenta Fundación MERI