Arranca en Madrid (España) la vigésimo quinta Conferencia de las Partes (COP25), la cumbre del clima anual que representa al órgano supremo de toma de decisiones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC). Se trata de una de las citas internacionales más importantes para atender la situación de emergencia climática en la que nos encontramos, que según los expertos reclama acciones urgentes por parte de los distintos gobiernos, empresas públicas y privadas, instituciones y sociedad civil.
Tras la decisión de Chile de ceder la organización de la cumbre en consecuencia al estallido social vigente, el compromiso chileno con la sustentabilidad sigue en firme, siendo la Ministra de Medio Ambiente Carolina Schmidt la designada para representar políticamente al país en este encuentro mundial que se celebra del 2 al 13 de diciembre. El Ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación Andrés Couve también está presente estos días, mientras que el Presidente de Gobierno Sebastián Piñera continúa trabajando en los asuntos locales.
Filantropía Cortés Solari (FCS), a través de Fundación MERI y sus líneas de trabajo (investigación científica, educación ambiental y vinculación con la comunidad), está presente en esta gran cumbre, compartiendo el Pabellón Científico del IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change) y WMO (World Meteorological Organization), e impartiendo diferentes conferencias enfocadas en el desarrollo sustentable y las buenas prácticas.
Más de 25.000 representantes de 200 países se reúnen estos días para alcanzar acuerdos y compromisos con el fin de combatir los efectos del cambio climático. El lema que han elegido las autoridades medioambientales para esta COP25 es «Tiempo de actuar», animando a que la negociación climática internacional de paso a una nueva fase de acción. Cada vez queda menos tiempo para lograr los objetivos del Acuerdo de París y todos los indicadores evidencian que, cuatro años después de suscribirlo, las medidas adoptadas por la mayor parte de los gobiernos son insuficientes.
La cumbre de este año es especialmente importante, ya que constituye la última reunión para activar el Acuerdo de París, concebido como el primer pacto mundial vinculante en defensa del clima del planeta, que tiene que estar plenamente vigente en enero de 2020. El objetivo fundamental del Acuerdo es que la temperatura media del planeta en 2100 no supere los 2ºC con respecto a los niveles preindustriales; aunque los esfuerzos deben encaminarse hacia un incremento medio menor: 1,5 ºC.
Los mercados de carbono, las aportaciones al Fondo Verde del Clima, el mecanismo de daños y compensaciones por fenómenos climáticos extremos, el apoyo a los países en vías de desarrollo en su transición a un nuevo modelo energético, así como los próximos pasos a seguir a partir de 2020 son algunos de los retos de las negociaciones de esta cumbre.