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Además de Matemáticas, Historia o Ciencias, todas las semanas los estudiantes del Colegio Colonial de Pirque tienen la asignatura de Sustentabilidad y Permacultura. “Tenemos jornada escolar completa, de 8:30 a 17 horas. Eso nos permite dedicar una hora del currículum formal a este curso, que se imparte desde preescolar hasta 2° medio”, comenta Katerinne Ramírez, profesora a cargo de la gestión ambiental del establecimiento, sobre el objetivo detrás de esta propuesta: generar hábitos de respeto y cuidado con el medio ambiente entre las nuevas generaciones. Ella lo resume como “sembrar una semilla”.
La tarea es una que comenzó hace 12 años, cuando el colegio se propuso obtener la certificación ambiental escolar que entrega el Ministerio del Medio Ambiente. Desde entonces, el establecimiento cuenta con un huerto, creó un Comité Ambiental que incluye a los apoderados y fue pionero al crear el primer punto limpio de la comuna.
Sobre la huerta, Ramírez comenta que “los chicos se encargan de su mantención, preparan almácigos, hacen compostajes. Está dividida por zonas; está lo frutal, camas de cultivo y un sector de plantas medicinales. Iniciamos también un pequeño bosque esclerófilo (que se adapta mejor a los períodos de sequía y calor) y un invernadero”.
Dentro de la jornada escolar, los alumnos pueden optar por ser parte del taller de Botiquín Natural —donde con las plantas medicinales de la huerta se preparan cremas, por ejemplo— o el taller Del Huerto a la Mesa, en el que se cosecha y cocina. Aquí muchas veces se usa el horno de barro que posee el colegio.
Respecto al punto limpio, la profesora cuenta que el establecimiento postuló y ganó un proyecto “y así construimos el primero de la comuna, entre 2017 y 2018. De esta forma nos hemos ido vinculando mucho con la comunidad local; recibimos los residuos de un gran porcentaje de los habitantes de Pirque, con ayuda de una empresa que está a cargo de la administración”.
Los niños conocen las plantas de tratamiento y están pendientes de que los vecinos hagan uso efectivo de la instalación, agrega.
Aliados clave
La motivación y buenos resultados del Colegio Colonial de Pirque llevaron a que fuese reconocido en la categoría “El rol de la escuela en contexto de cambio climático” en el concurso Guardianes del Clima, una iniciativa desarrollada en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima (COP27) —que comienza hoy— organizada por Unicef, la Oficina de Educación Climática de la Unesco y la Fundación MERI. Su objetivo es destacar a docentes de América Latina y el Caribe que impulsan la educación ambiental dentro y fuera del aula.
Tras evaluar 175 proyectos, además del colegio chileno, se premió a otros tres de Honduras, Colombia y Argentina.
Los docentes y las escuelas “son aliados claves para crear e implementar soluciones ambientales que generen estilos de vida más sostenibles y fortalezcan la resiliencia frente al cambio climático”, comenta Francisca Cortés Solari, presidenta ejecutiva de Fundación MERI.
Mediante la educación, niños y jóvenes pueden tener “herramientas para reconocer, conectar y valorar a los seres vivos y su entorno, para aprender a desenvolverse coexistiendo de manera armónica con el ambiente”.
Sobre el Colegio Colonial de Pirque, su escuela, Cristóbal Díaz, de 3° básico, comenta que le gusta “que se ayude a que el cambio climático sea menor y que este sea un mundo más limpio”, mientras que a Ema Oliveros, dos cursos más grande, le gusta que se les enseñe a “reciclar cajitas de tetra pak, papeles y plástico, que se enseñe a no botar tanta basura y que tenga muchas plantas y árboles”.
Leonora Lara, quien cursa 8° básico, celebra “los hábitos que nos inculcan desde pequeños, como cuidar el agua, reciclar, utilizar energía solar y ser solidarios con el medio ambiente”.
Fuente: El Mercurio