Lollapalooza Chile, uno de los festivales más grandes y famosos de la música internacional, le abrió las puertas de Aldea Verde a una experiencia única de reconocimiento con el agua. La valoración de las tradiciones ancestrales patagónicas como una forma de educación ambiental fue la propuesta que Fundación MERI expuso en el evento.
El 1 y 2 de abril, cientos de personas se acercaron al stand donde los espejos, el maquillaje y las imágenes submarinas de Eduardo Sorensen crearon un ambiente de contacto directo con el ecosistema marino, especialmente el de las costas de Melimoyu (región de Aysén) y de Chiloé (región de Los Lagos).
La invitación fue a descubrir la vida en el agua, reconocerse como parte de este ecosistema y a celebrar a través del maquillaje, como lo hacían las culturas originarias, con una paleta de colores inspirada en sus asombrosos animales.
Con el hashtag #somosmar, los visitantes pudieron publicar sus fotografías y comentarios en las redes sociales y conocer más del trabajo de investigación, educación y difusión científica de Fundación MERI.
Gustavo Chiang, Paulina Bahamonde, Fabián Caro, Bryan Contreras, Elvira Vergara y Francisca Rojas fueron los encargados de revelar el mundo de conocimientos y materiales lúdicos de aprendizaje a niños, niñas, jóvenes y adultos que se encantaron con la vida bajo el mar.
Pero el maquillaje y las fotografías no fueron los únicos protagonistas de esta jornada. El canto de las ballenas inundó el escenario de Aldea Verde de la mano de Felipe Echavarría y la presentación del disco producido por Fundación MERI Melimoyu: Canto Milenario de las Ballenas.
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