Por: Alfonso de Urresti L. Senador
La importancia que suscita el cuidado del medio ambiente en el actual escenario de crisis climática, no es ninguna novedad. Es más, se ha transformado en un imperativo para los gobiernos del mundo, quienes han tenido que destinar múltiples esfuerzos para asegurar el debido resguardo y protección de los entornos naturales. Bajo este entendimiento, tramitamos la ley de humedales urbanos, la cual, desde enero de 2020 hasta la fecha, ha generado un importante y positivo impacto en la toma de conciencia, educación y acciones de cuidado de estos ecosistemas. Hoy ya hay más de 83 humedales urbanos declarados a lo largo de todo el país y la lista de presentaciones a cargo de las municipalidades o del propio ministerio de Medio Ambiente, asciende exponencialmente.
Sin perjuicio de esto, los esfuerzos por la protección de los humedales no se agotan en la dictación y ejecución de esta ley.
Actualmente desde la Cámara de Diputados se presentó una moción parlamentaria que busca habilitar a la ciudadanía como sujeto activo y legitimado para la solicitud e inicio del proceso declaratorio de humedales urbanos. De esta manera, no sólo los municipios y el ministerio de Medio Ambiente de oficio, están posibilitados para solicitar una declaratoria, sino que también, podrán iniciar el proceso las organizaciones sociales y las personas naturales que se preocupan por el cuidado y mantenimiento de estos ecosistemas. Sin dudas, es una importante modificación a la ley 21.202, la cual nace y se ha sociabilizado, precisamente, por el interés ciudadano y de las y los vecinos que habitan los entornos de los humedales urbanos. Junto con el diagnóstico de la necesidad de realizar esta reforma, seguimos trabajando en la forma de asegurar los recursos para la gobernanza de estos espacios. La protección otorgada por esta ley es un primer paso, pero el cuidado cotidiano a cargo de los vecinos, es fundamental para asegurar su real cometido. Para esto, estamos trabajando con el ministerio de Medio Ambiente con la finalidad de incorporar en el próximo presupuesto de la nación, la destinación de recursos que aseguren la posibilidad de su debida gestión.
La protección de los humedales nos corresponde a todos. Es deber de nosotros cuidar nuestro entorno para asegurarle a las próximas generaciones la posibilidad de disfrutar, a solo pasos de sus hogares, los lindos arreboles o del rico olor a petricor luego de una intensa lluvia.
Fuente: Diario Austral