Las bolsas plásticas son elementos de “un solo uso”, que cuestan caro al medio ambiente y a todos los seres vivos que lo habitamos: según distintas fuentes, tardan desde 20 años en descomponerse, y algunos dicen que hasta 500 años. De esta forma, estos desechos plásticos llegan a playas, ríos y océanos y dañan al ecosistema, por ejemplo porque las especies acuáticas las confunden con presas y al ingerirlas sufren diversos daños, incluso la muerte.
A los océanos llegan cerca de 12 millones de toneladas de plásticos cada año, siendo una grave amenaza para los océanos y las especies marinas. El 80% de los desechos plásticos marinos son producidos en tierra y llegan al océano a través de los desagües sin tratamientos, el viento, los ríos o son arrojados directamente en las playas, dato que puedes encontrar en nuestra Guía Dde Aguas Patagónicas.
El cambio climático es una realidad, y combatirlo es tarea de todos. Cada pequeña acción en favor del ecosistema es un grano de arena que aporta a cuidar nuestro planeta. En nuestra infografía “Conservación del medio ambiente y salud humana” es posible observar la estrecha relación entre nuestras acciones y el cuidado de nuestro entorno.
El plástico ya intervino en la cadena trófica de las especies marinas, esto quiere decir que es parte de la alimentación: se estima que al 2050 el 95% de las aves marinas habrá ingerido plástico. Pero este plástico no queda ahí: los restos de bolsas plásticas y otros elementos en lenta degradación forman parte del microplástico, que se encuentra en diversas especies marinas, que forman parte a la vez de nuestra alimentación. El efecto de esta ingesta aún no ha sido determinado.
En Chile, el 3 de agosto de 2018 entró en vigencia la ley #ChaoBolsasPlásticas, que prohibió la entrega de estos elementos por parte de supermercados y el retail. Y a partir del 3 de agosto de 2020 -es decir el próximo mes- micro, pequeñas y medianas empresas también deberán abandonar las bolsas plásticas. Así, Chile es parte de los países que han prohibido totalmente el uso de este elemento, y lentamente se suman otros como México, que implementó la medida este año.
Si hablamos de reducir o eliminar el uso de bolsas plásticas, medidas importantes son, por ejemplo, portar siempre al menos una bolsa de material reutilizable, teniendo en cuenta las 3 R de forma constante: reducir, reutilizar, reciclar. Las bolsas de papel no son la mejor alternativa, ya que se talan árboles para fabricarlas y su nivel de reutilización es muy bajo. Y en cuanto a las bolsas de algodón, su fabricación tiene una huella de carbono mayor que las de plástico y papel, teniendo que reutilizarla más de 100 veces para hacerla ecológica. Por lo tanto, la clave es reutilizar y minimizar el impacto: recicla esa camiseta o esos jeans viejos, o incluso las bolsas plásticas que tengas guardadas, ya que el impacto medioambiental no va tan solo en elegir un material sobre otro -no hay materiales buenos o malos en sí-, sino en la utilización consciente y reducción de desechos.