14 científicos. Dos embarcaciones. Y la misión de investigar al mamífero marino más grande del planeta en el Golfo Corcovado y los fiordos de la Patagonia chilena. Expedición 2017 se aproxima para seguir resolviendo los misterios detrás de la ballena azul en Chile.
El desafío liderado por Fundación MERI está guiado por la comprensión de que el cuidado de los océanos requiere con urgencia de la colaboración. Por tanto, centros de investigación, instituciones académicas y aportes privados, se suman a los esfuerzos para comprender cómo cuidar a los océanos.
Centinela y Khronos son los nombres de las dos embarcaciones que zarparán el 14 y 19 de febrero, respectivamente. Una expedición que se enmarca en el proyecto de investigación “Ecología trófica y comportamiento de ballenas azules (Balaenoptera musculus) y otros cetáceos en el Golfo Corcovado, Chile”.
Durante la expedición, se usará la más alta tecnología disponible. Desde drones para recolectar los soplidos de las ballenas, hasta dispositivos que recopilan información de desplazamiento en 3D y grabaciones de los sonidos que escuchan y emiten. También se realizarán fotografías aéreas y biopsias para obtener datos de identificación de especies, ver características específicas de los ejemplares y sus relaciones. Además, se obtendrán datos oceanográficos de los lugares de alimentación y sociabilización de estas ballenas calculando la abundancia de estas especies.
“Con esto queremos ayudar a generar conciencia de conservación y cuidado del océano y la relevancia del agua en el ciclo de la vida” señala la presidenta de la Fundación, Francisca Cortés Solari. El monitoreo permanente de una especie paragua del ecosistema marino permite generar propuestas de conservación y regulación en la zona, que no solo beneficien a las ballenas, sino que a todo el ecosistema marino.
El Golfo Corcovado es refugio de un canto único de ballenas azules. Así lo demuestran los registros obtenidos inicialmente por la oceanógrafa Susannah Buchan. Esto permite plantearse la pregunta de si existe una subespecie de ballenas azules chilenas. Si bien todavía no es posible responder categóricamente a esa pregunta, sí existen antecedentes que permiten plantearla. Estudios acústicos realizados en el Golfo Corcovado -en el límite de la región de Los Lagos y la región de Aysén- han revelado hallazgos de suma importancia para respaldar la conservación de la biodiversidad en ese territorio.
Se requiere de un monitoreo apropiado de los ecosistemas, por tanto, el desafío que plantea Fundación MERI, congrega a investigadores de importantes organizaciones internacionales como Woods Hole Oceanographic Institution (WHOI), la mayor institución independiente de investigación oceanográfica de EE.UU; Stanford University, Stony Brook University de Nueva York, University of Massachusetts, Smithsonian Institution y University St.Andrews.
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