Las especies de ranitas de Darwin (Rhinoderma darwinii y Rhinoderma rufum) se han transformado en un símbolo de la actual crisis de biodiversidad que enfrenta el planeta. Mientras la primera ha sido categorizada como “en peligro de extinción” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), de la segunda no se tienen noticias desde 1981, año en que fue vista por última vez.
La singularidad de la ranita de Darwin está dada porque, del total de 8.000 especies de anfibios que existen en el mundo, es la única donde el macho cría a sus renacuajos dentro de su saco vocal.
Diversas poblaciones históricas han desaparecido durante los últimos 40 años, pero desde el año 2000, existen registros de la persistencia de al menos 66 poblaciones locales de esta especie en Chile y Argentina. Sin embargo, estas poblaciones son generalmente pequeñas, con menos de 100 individuos y se encuentran altamente aisladas.
El cambio climático, la pérdida y degradación del hábitat han preocupado y ocupado al mundo científico, que trabaja en conjunto con organismos públicos, privados, ONGs y universidades para promover su conservación y protección.
Estrategia a diez años
El trabajo rindió frutos en un documento de 97 páginas presentado ayer en la Sede República de la Universidad Andrés Bello (UNAB). La “Estrategia Binacional de Conservación de las Ranitas de Darwin” plantea la realización de 39 acciones, agrupadas en 12 objetivos y metas, que buscan “generar y sintetizar información clave sobre la biología, manejo y estado de las poblaciones de ranita de Darwin, reducir las principales amenazas para estas especies de forma de facilitar la auto-sustentabilidad de sus poblaciones y proveer el soporte financiero, legal y de la sociedad en general a las distintas acciones”, explica el Dr. Claudio Soto-Azat, director del Centro de Investigación para la Sustentabilidad (CIS) de la UNAB y experto en esta especie.
En esta estrategia binacional participan 36 organizaciones, entre los que se cuentan el Ministerio de Medio Ambiente de Chile, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Argentina, Fundación MERI, Fundación Huilo Huilo, el Zoológico de Leipzig (Alemania), la Zoological Society of London, Forestal Arauco y CMPC, además de la Universidad Austral, Universidad de Concepción y Universidad Andrés Bello, entre otras.
Dentro de las acciones a destacar, se puede señalar el objetivo de contar, al 2028, con información clave sobre la biología y estado actual de las poblaciones de ranita de Darwin; identificar las principales amenazas de la especie; identificar áreas de probabilidad de ocupación de poblaciones considerando los efectos futuros del cambio climático; erradicar especies invasoras, entre otras.
El interés por este animal va más allá de nuestras fronteras. De hecho, la serie documental “Attenborough’s Ark”, presentada por la BBC y el reconocido divulgador David Attenborough, dedicó uno de sus capítulos a la ranita de Darwin.
“Antes la encontrábamos a la vuelta de la esquina, pero ahora hay que salir a encontrarla”, dice el académico de la Universidad Austral, Ramón Formas, quien hizo un llamado de atención al mundo académico para que no pierda el foco. “La investigación requiere apoyo, dinero, instrumentos, pero sobre todo libertad. Vivimos en tiempos difíciles para la ciencia, porque estos elementos nos hacen perder el foco de lo principal: que la ranita de Darwin es una invitación a saber, a entender los procesos de la naturaleza “, complementa.
Trabajo conjunto
El Estado se hace parte a través del Ministerio de Medio Ambiente de Chile. Charif Tala, Jefe del Departamento de Conservación de Especies de esa repartición pública, señaló que “Se requiere del esfuerzo y apoyo de todos. El Estado no puede solo en esta tarea. Este instrumento viene de las recomendaciones de la UICN, y queremos desarrollar mecanismos para la conservación y gestión de especies a través de un decreto supremo, para que el Estado se haga parte, y estamos en proceso de oficialización de esta iniciativa”.
Francisca Cortés, Presidenta de la Fundación MERI y partícipe de esta Estrategia, cuenta que “cuando partimos con la Fundación hace quince años, nuestro foco era la educación al aire libre, pero posteriormente decidimos hacer estudios de conservación”, los cuales realizan en la Reserva Natural Melimoyu, terreno de 16 hectáreas en la Región de Aysén.
La “Estrategia Binacional de Conservación de las Ranitas de Darwin” está disponible en el sitio web www.estrategiarhinoderma.org.