Recibimos muchos comentarios por la denuncia que hicimos sobre los salmones que aparecieron en la playa y ríos de Melimoyu. Comentan que son una especie protegida, y varios se ofrecieron para ir a pescarlos y darse un banquete.
Le pedimos a Gustavo Chiang, director científico de MERI, que compartiera las razones de por qué es importante denunciar si vemos salmones fuera de los centros de cultivo y cómo actuar responsablemente ante esto.
Los salmones y truchas son especies exóticas e invasivas en aguas de Chile. Son muy exitosas en su reproducción y de rápido crecimiento. Llegan a tallas muy superiores a las de los peces nativos de Chile.
Se ha demostrado una competencia por espacio y alimentación en los ecosistemas dulceacuícolas de Chile, con efectos perjudiciales no solo para peces, sino para la fauna acuática de ríos y lagos, que en su mayoría son nativas y muchas de ellas endémicas de nuestro país. Con esto se rompe el ciclo natural y las interacciones ecológicas y de predación, en las cuales han co-evolucionado las especies nativas.
Los salmones y truchas son capaces de alterar los ciclos biogeológicos naturales de las cuencas, pues introducen nutrientes exógenos (ajenos) al ciclo natural de éstos en los ríos de Chile: llevan nitrógeno y fósforo, por ejemplo, a zonas de los ríos donde antes no se encontraban a esos niveles (concentraciones). Por tanto, alteran la calidad de agua y posiblemente el paisaje. De igual forma, estas especies exóticas son vectores de enfermedades y/o parásitos que muchas veces abundan en los centros de engorda, pero no así en los sistemas naturales.
Por eso, es necesario denunciar a Sernapesca cuando veas salmones fuera de sus sistemas de cultivo. Puedes colaborar juntando la mayor cantidad de información: dar la ubicación exacta, estimar la cantidad visible, dimensionar su tamaño, su peso. Debes seguir sus indicaciones y, solo en caso de que les soliciten, tomar muestras y preservarlas para el estudio de los equipos correspondientes. No es recomendable salir a pescarlos indiscriminadamente ni menos ingerirlos dado que no se sabe la condición de estos animales, ni en qué proceso estaban en su cultivo: pueden tener pesticidas, aplicación reciente de antibióticos o alguna enfermedad.
Es importante responder como ciudadanos. También que el gobierno actúe -como lo hizo en el caso de la denuncia que interpusimos hace unos días- fiscalizando y monitoreando los centros de engorda y los sistemas naturales de ríos y lagos de Patagonia; y, que la industria tome medidas más estrictas para garantizar que sus actividades tengan el menor impacto en el medio ambiente y la biodiversidad de Patagonia, tanto en el mar como en los sistemas de agua dulce.
Los invitamos a velar por la biodiversidad única de nuestro país y sus paisajes.