Por tercer año consecutivo, Fundación MERI está desarrollando -en distintas comunas de la isla de Chiloé y a bordo de las barcazas que viajan a Chaitén y Puerto Cisnes- diversos talleres informativos, en el marco de su campaña de educación ambiental “Ballena a la Vista”. A través de estas charlas se busca sensibilizar y concientizar a la población local y a los turistas que llegan a esta zona acerca del rol y la importancia de estos mamíferos en el ecosistema, así como los cuidados necesarios para su protección.
Debido a su gran riqueza en nutrientes y oxígeno, la Patagonia Norte es considerada una de las principales zonas de alimentación de la ballena azul y otras especies. Sin embargo, es también un área de gran tráfico marítimo y, por tanto, existe un alto riesgo de que estos mamíferos sufran colisiones con los navíos.
Además de las charlas abiertas a todo público que se realizan en las localidades de la isla de Chiloé, MERI visita constantemente los cruceros que arriban al Puerto de Castro para entregar información sobre los principales cuidados que deben tener los navegantes mientras recorren estas aguas.
Al capitán del crucero se le entrega la normativa que en diciembre de 2018 Fundación MERI -en conjunto con la Gobernación Marítima de Castro- elaboró para regular la navegación en la Patagonia Norte. Entre otras sugerencias, el documento –el primero en su tipo en el país- establece la incorporación de vigías capacitados en las embarcaciones para identificar las distintas especies de cetáceos, la notificación de avistamientos vía radial a la autoridad marítima chilena y máximos de velocidad diurna y nocturna de 10 y 8 nudos, respectivamente.
“Con esto, el capitán queda informado que están transitando en zona de ballenas y cuáles son las precauciones que deben tomar para evitar la colisión con estos cetáceos”, destacó Gloria Howes, directora de Educación Ambiental de Fundación MERI.
“Estas actividades –agrega- buscan que la gente conozca sobre los cetáceos, cuántos tipos existen, su valor biológico y la relevancia para nuestro ecosistema. De ese modo es más fácil que las personas puedan comprender la magnitud de los riesgos que afectan a esta especie”.
Actualmente, el 90% del transporte de mercancías a nivel mundial se realiza a través de los océanos. Desde la década de los 90, se ha cuadriplicado el número de naves que transita por esta vía, así como su tamaño. Los grandes navíos chocan con los cetáceos, principalmente ballenas, provocándoles heridas o la muerte.
Entre 2007 y 2016, más de 1.200 ballenas en el mundo han sufrido colisiones con grandes embarcaciones. En el caso de Chile el número de ballenas muertas por esta causa ha ido en aumento. Solo este año se han encontrado cuatro ballenas varadas en las costas chilenas. El caso más reciente ocurrió en la playa de Cucao –en Chiloé- donde se encontró el cuerpo sin vida de una ballena azul, presumiblemente producto del choque con una embarcación.
Otro problema al cual se ven expuestos estos mamíferos es la contaminación acústica que generan los barcos. Las ondas sonoras debajo del agua se transmiten 5 veces más rápido que en el aire, por tanto estos ruidos se sobreponen a los sonidos biológicos que usan las ballenas para comunicarse y en algunos casos es tan intenso, que puede provocar daños auditivos, hemorragias internas o desorientación y el varamiento y muerte de los animales.
Chile es uno de los países con mayor presencia de cetáceos. Aproximadamente 43 de las 88 especies conocidas en el mundo se encuentran en esta parte del hemisferio al menos una vez al año –con peaks entre enero y febrero, debido a la migración que se produce desde las zonas de reproducción (Centroamérica) hasta las zonas de alimentación.
Esta semana y la próxima la campaña “Ballena a la Vista” se traslada a las fiestas costumbristas de Chiloé para hacer entrega de kits informativos a los visitantes. Las actividades finalizan el día 27 de febrero en una jornada en el Cecrea de Castro.
Fuente: La Tercera