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[El Mercurio de Antofagasta] Boyas monitorearán rutas de ballenas para evitar colisiones con los barcos

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Las colisiones con barcos son una de las principales amenazas que afectan a las ballenas en la actualidad. Esto considerando que el 90% del transporte de mercancías en el mundo se realiza a través de los océanos.

De hecho, se estima que entre 2007 y 2019 más de 1.200 ballenas en el mundo murieron producto de esta causa.

Para dar respuesta a esta dificultad, Fundación MERI y el Ministerio de Medio Ambiente anunciaron el desarrollo de un proyecto piloto de alerta temprana en la Patagonia Norte conocido como Blue Boat Initiative que, por medio de boyas inteligentes, entregará información a las embarcaciones sobre la presencia cercana de estos mamíferos y así evitar colisiones.

Se espera que las primeras seis boyas se instalen a fin de año o principios del próximo dependiendo de la evolución de la pandemia en el Golfo Corcovado y la Isla de Chiloé.

Luego de su implementación en la zona sur austral del país se espera que el proyecto pueda replicarse en otros sectores con alta presencia de ballenas como lo son el Estrecho de Magallanes, Chañaral de Aceituno, y las costas de Antofagasta y Arica.

La encargada del área de cetáceos de Fundación MERI, Sonia Español, indicó que el tráfico marítimo actualmente es la principal amenaza de los mamíferos marinos producto de las colisiones.

“Estamos hablando de embarcaciones grandes habitualmente que no tienen la capacidad de ver a la ballena y por tanto pueden colisionar sin darse cuenta siquiera. Y esto, es un problema a nivel mundial y Chile no se queda atrás”, indicó.

Español agregó que Chile tiene cerca de 43 especies de mamíferos marinos, agregando que de las 11 especies de ballenas que existen en el mundo, en las costas del país circulan nueve. Por eso, aumentan estos riesgos.

La investigadora recalca que en el sur de Chile desde la Patagonia y en el Estrecho de Magallanes las comunicaciones por tierra debido a la propia geografía del país son bastante más complejas. Entonces, se vuelve mucho más normal y común que todos los traslados tanto de personas como de mercancías se hagan por el mar, lo que aumenta los riesgos de colisiones de embarcaciones con especies marinas.

Además agrega que Chile de por sí dentro de Latinoamérica tiene un peso importante de transporte de mercancía, pues cuenta con puertos importantes por eso aumenta el tráfico marítimo y por tanto el riesgo de colisión.

Falta de REGISTRO

Respecto al registro del número de ballenas que anualmente mueren por esta causa, la diseñadora del proyecto indicó que se está frente a un desafío porque las colisiones son totalmente involuntarias por parte de las embarcaciones. Y cuando estas suceden en mar profundo, las especies caen al fondo marino.

Por este motivo, no existe un conteo de esta problemática, agregando que la contabilización que hay es en base a las que llegan a las costas, y por tanto, corresponde a un número menor a lo que podría estar pasando realmente.

Sumado a que muchas llegan a las costas del país, pero en lugares donde no existe acceso de las personas. Por tanto, tampoco hay un registro en estos casos.

“Las cifras internacionales dicen que desde el 2007 al 2019 van más de 1.200 ballenas que han muerto por colisiones. Y en Chile desde el 2017 hemos podido registrar ocho ballenas en un esfuerzo monumental. Este tipo de accidentes no está registrado a nivel país, sino que es más bien un esfuerzo aunado del mundo científico y gracias a la sociedad civil que suele avisar de este tipo de accidentes y nosotros hemos ido haciendo una especie de registro”, indicó.

Boyas inteligentes

El proyecto considera la instalación de boyas inteligentes equipadas con hidrófonos, sensores oceanográficos y transmisores que comenzarán a operar, como piloto, primero en la Patagonia Norte que es la zona con mayor concentración de ballenas azules y otras especies de cetáceos en Chile.

De este modo, los hidrófonos ubicados en la boya captarán el sonido de las ballenas y podrán enviar vía satélite y en tiempo real desde el transmisor de la boya a la embarcación, el punto donde se encuentra el mamífero.

La información satelital que se obtenga no sólo permitirá monitorear a las ballenas y advertir a las embarcaciones sobre su presencia, proponiendo nuevas rutas que eviten golpearlas, sino que además entregará datos relevantes sobre los factores oceanográficos que inciden en el cambio climático como temperatura del mar, acidez, oxígeno, etc.

Una metodología que ya es utilizada en otros países del mundo como Estados Unidos y varios de Europa. Por tanto, su efectividad ya está comprobada.

La ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, destaca que “la conservación y el manejo sustentable de nuestro océano y su biodiversidad es esencial para mantener sus ecosistemas únicos, algunos fundamentales para contribuir a mitigar el cambio climático a través de la absorción de calor y la captura de carbono”.

Luego de su implementación en el sur del país, la iniciativa se trasladará al norte y considerará las costas de Arica y Antofagasta. En el caso de esta última, específicamente, la bahía de Mejillones.

“Se está evaluando que sea cerca de Mejillones, porque la evidencia que tenemos es que Mejillones igual es un puerto comercial muy importante de Chile y con alta presencia de ballenas. Entonces, es uno de los lugares vulnerables a los que esta iniciativa podría tratar de ayudar”, enfatizó.

“Este tipo de accidentes no está registrado a nivel país, sino que es más bien un esfuerzo aunado del mundo científico y la sociedad civil “.

Sonia Español, encargada área de cetáceos Fundación MERI

1.200 muertes de ballenas por colisiones, se han registrado en el mundo entre 2007 y 2019.

Fuente: El Mercurio de Antofagasta